15 febrero 2010

QUÉ TE PASA CLARÍN?

Clarín: Un día de furia

Por Horacio Sacco

La obsesiva y persistente hostilidad del monopolio Clarín hacia el gobierno no reconoce límites. Ahora tocó ser blanco de su desenfrenado ataque mediático el movimiento bloguero peronista, una red medianamente organizada de espacios virtuales donde -según Clarín- un grupo de cibermilitantes rentados tratan infructuosa e ingenuamente de levantar la alicaída imagen de la presidenta. Pese a lo trasnochada y mentirosa, la bizarra aseveración no deja de tener su lado divertido. Porque tener que recurrir a ardides tan irrelevantes como groseros deja al descubierto lo desesperado de la actitud de quienes trazan la línea política general del diario y de quienes la ejecutan en sus particularidades: los escribas a sueldo.

El llamado movimiento bloguero peronista no ha surgido de la nada ni por arte de la magia cibernética, sino por un inmenso monto de prepotencia de trabajo. Ocupan un espacio. Son visibles. Simpatizan con el gobierno. Hay que atacarlos.

Clarín padece de desesperación crónica por agredir, humillar y descalificar al gobierno en una guerra sin códigos ni cuartel. Deslizar que son rentados, en un tono desenfadado y ramplón y sin prueba alguna, una multitud de jóvenes y no tan jóvenes que sinceramente y desde sus profundas convicciones apoyan en sus blogs las políticas del gobierno no es delirio ni mala leche, es otra cosa.

No se necesita dinero para abrir un blog ya que los servicios de alojamiento web -Clarín lo sabe perfectamente- son gratuitos. Basta sentarse frente a una PC y ponerse a escribir, y a veces ni eso, solo copiar y pegar. Pero si hay solidaridad para apoyarse mutuamente, inteligencia para comunicar, creatividad para expresarse y audacia para sobrevivir colectivamente, todo eso que en los jóvenes peronistas sobra, mucho mejor.

Conocemos a muchos blogueros que no solo no viven de la política sino que a veces no pueden pagarse el café. Ninguno de nuestros conocidos ha pisado un despacho oficial o una oficina pública. Nadie recibe un subsidio, un plan o el mísero y fantaseado choripán por asistir a un acto. Muchos nacieron a la política ayer nomás. Ni siquiera son hijos de la dictadura, son hijos del oprobio neoliberal de la pizza y el champán al que Clarín quiere volver. Su único pecado es ser jóvenes, alegres, peronistas y sobre todo simpatizantes del gobierno. Infamia suficiente para que el monopolio mediático les baje el pulgar. Algunos idealizan "los viejos tiempos" de los 70 como los militantes de los 70 idealizábamos al primer peronismo. Todos ponen garra y pasión en lo que hacen. Dan sus horas, su esfuerzo y su corazón por un proyecto de país de todos y para todos. Son, podría decirse simplemente, buena gente.

Y que venga un miserable a pretender desprestigiar la nobleza y sinceridad de estos jóvenes, muchos recién nacidos a la política, indigna. Todo por un plato de soja. Porque el escriba a sueldo de Clarín, a diferencia de los blogueros que difama alegremente, sí cobra por lo que hace.

Un día ha de escribirse la historia de este época preñada de desencuentros y esperanzas. Sin duda alguna las miserias de Clarín y las agachadas de sus escribas ocuparán un enorme espacio. Pero quizás bastará un solo blog para testimoniarlo. En ese blog algún chico copiará, para que abran sus ojos las generaciones venideras, la nota de Clarín de un servil a sueldo.

FUENTE: WWW.ELORTIBA.ORG

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