23 marzo 2010

EL 24, NO

Domingo 21 de marzo de 2010, 15hs, tarde de abundante lluvia. Los corazones empiezan a latir con mayor intensidad, se forma un nudo en la garganta, la ansiedad y los nervios ganan la batalla interior; es un día especial para millones de argentinos, un día de verdadera FIESTA: está por empezar el clásico entre los dos equipos indiscutiblemente más populares del país en lo que es nuestro deporte predilecto, el fútbol. Boca vs. River, River vs. Boca, se enfrentan en 90 minutos a todo o nada, y aunque ninguno de los dos esté peleando por el cosas importantes saben que en sus manos se encuentra el estado de animo de muchas personas. Este evento tendrá, además, la particularidad de ser transmitido en vivo y en directo por televisión pública y gratuita hacia todo el país, de manera que ningún argentino que tenga tatuado en la piel los colores de las instituciones de La Boca y Núñez, o simplemente cualquier amante del fútbol, se quede afuera.
Cuando el árbitro Héctor Baldassi marca el comienzo del encuentro se terminan las especulaciones, los pronósticos, las charlas tácticas que intentan dar mayor previsibilidad a los acontecimientos: es hora de la acción. El terreno de juego se ve lleno de charcos por la copiosa lluvia caída en las horas previas a la disputa y durante la misma, lo cual empareja las cosas y hace que la pelota sea disputada en la mitad de la cancha. Cuesta mucho dar un pase al ras del suelo, el esférico no se desplaza con normalidad. No se suceden grandes aproximaciones con peligro en las áreas. Promediando los 9 minutos del Primer Tiempo Baldassi detiene el partido, y en una breve charla con los capitanes de ambos equipos decide suspender las acciones, no estaban dadas las condiciones para que se lleve a cabo un encuentro de tal magnitud, el campo de juego de la Bombonera no había soportado de la manera esperada las abundantes precipitaciones que estaba recibiendo la Ciudad de Buenos Aires.
En las horas posteriores dicha suspensión comenzaron a entretejerse una serie de posibilidades acerca de la reanudaciòn del clásico que había dejado inconcluso alrededor de 80 minutos de disputa. Una de las posibilidades barajadas desde la Asociación del Fútbol Argentino fue que se siguiera el miércoles 24 de marzo aprovechando el feriado por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia instaurado desde el año 2005 por el gobierno de Néstor Kirchner para conmemorar el aniversario del ultimo Golpe Militar acontecido en la Argentina. Desde el poder Ejecutivo nacional la respuesta ante tal propuesta fue unánime: NO. El argumento expresado por el gobierno popular se mostró por demás elocuente: los 24 de marzo los argentinos tenemos un día de REFLEXIÒN. Un acontecimiento de tal trascendencia como lo es un Boca vs. River, una FIESTA del fútbol argentino, no merece ser celebrada un 24 de marzo. El 24 de marzo los argentinos asistimos a un encuentro, pero es con nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro.
Con nuestro pasado porque no está permitido echar al olvido la etapa más trágica de nuestra historia reciente, sinónimo de genocidio, locura, dolor y desconsuelo. Aquella dictadura militar impulsada por el imperialismo desde Norteamérica que tuvo la triste función de establecer el nuevo modelo económico hacia fines del siglo XX, el neoliberalismo, que utilizó a los latinoamericanos como conejillos de indias y actuó en contra de los intereses de los pueblos que vieron multiplicadas las inequidades sociales y sepultó el anhelo de las mayorías por un mayor bienestar. Con nuestro presente, porque todavía hay innumerable cantidad de represores que cometieron crímenes de lesa humanidad y no han sido indagados por la justicia, así como también civiles que participaron en tareas de inteligencia y personas que todavía no conocen su verdadera identidad. La herencia de la dictadura genocida presenta múltiples variables en la Argentina actual, pero todas mantienen una lógica: siguen siendo heridas que calan hondo. Con nuestro futuro, porque saber de donde venimos nos permitirá saber hacia donde vamos; no tropezar con la misma piedra es la consigna.
Esos son los puntos de partida para seguir luchando por una sociedad con mayor justicia social, y para que NUNCA MÀS haya un 24 de marzo de 1976 en la argentina; por eso conviene dejar una idea en claro: el 24, no.



Por Sergio Boncopagno

No hay comentarios: