03 abril 2010

A la oposición, justo le vino a tocar este gobierno

La oposición no tiene suerte. Porque si le hubiera tocado otro gobierno sería un éxito. Tiene jugadores, tiene patrocinadores y tiene medios. Pero igual no puede. Cuando mete un gol enseguida le empatan y después le meten otro. Es que si la oposición no se enfrentara a este oficialismo mejorarían sus chances. Y si en lugar de este peronismo heterodoxo, indócil e insufrible, en la Casa Rosada hubiera otro gobierno más estándar y correcto, la oposición se haría un paseo. Pero le tocó lidiar con un oficialismo de alta competencia política que reduce una y otra vez las aspiraciones de derechas e izquierdas de postergarlo. Por más que lo ataquen desde ambos flancos no pueden. Cuanto más se obstinan más se defraudan. Sin embargo nos quieren hacer creer que este gobierno tiene la suerte de que sus opositores están divididos. Y por eso se malogran. Es la manera de rebajar el triunfo o el éxito con el falso argumento de la inferioridad del oponente. Así desde los interesados análisis políticos se pretende demostrar que únicamente opositores sin méritos permiten que el oficialismo no pague el precio de la rápida derrota que se merece. Pero no es cierto. Porque la realidad no es que la oposición no exista sino que el que existe más es el Gobierno. La mejor metáfora fueron los dos nocáuts técnicos sufridos consecutivamente en el Congreso. Uno por parte de la destreza técnica de Marcó del Pont; otro a manos de la memoria histórica del ministro de economía. El noqueado de la oposición increíblemente fue las dos veces Gerardo Morales. Hay que reconocer su resignación a tener que poner la cara. En tanto por más que reciban ayuda corporativa y mediática los opositores no consiguen anular la pulsión oficialista. Y miren que tienen de aliados a jueces y juezas de fanatismo cautelar. Aparte de que gozan de atención personalizada en los grandes medios. Y también desde la izquierda, y de un modo tan inverosímil que cabe sospechar que cierta izquierda ha sido capturada por la derecha. Hasta presentan denuncias penales contra el gobierno con más ferocidad que la que demuestran contra los que violaron los Derechos Humanos. Con todo eso no logran que el oficialismo se doblegue. ¿Y saben por qué? Es muy sencillo. Porque tiene un estándar de juego superior. No es que la oposición sea un fracaso sino que el oficialismo es un éxito. La mala suerte de la oposición es que justo le vino a tocar este gobierno.

Carta leída por Radio del Plata el 2 de abril de 2010

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