28 abril 2010

Los relatos del miedo y la crispación

Por Ricardo Forster*

1 No deja de ser llamativo el modo como se sobreexpone lo que recurrentemente desde ciertos grupos comunicacionales se denomina la “crispación”. Se lo hace focalizándola con exclusividad en lo que dice o deja de decir el Gobierno. Es el oficialismo, según esta visión parcial e interesada, el portador del virus de la violencia verbal e icónica que hoy se despliega por el país acechando la vida del conjunto de la sociedad. La radicalidad del mal está entre nosotros y su lugar de enunciación no es otro que el maléfico kirchnerismo. Toda relación con él supone, a los ojos de ciertos medios de comunicación y de ciertos políticos opositores muy propensos al uso de metáforas escatológicas y a adjetivar estomacalmente con palabras escabrosas y siempre denigratorias, quedar irremediablemente contaminado por el veneno que emana de quienes han llegado para instalar entre nosotros una suerte de dictadura (no deja de ser llamativo el uso espurio y prostibulario que se le da a una experiencia tan brutal y criminal para la memoria colectiva como lo ha sido la dictadura genocida para calificar a un gobierno democrático).

Cualquiera que ose utilizar argumentos en sintonía favorable con mucho de lo realizado en estos años cae inmediatamente bajo la sospecha de “la caja” (¿cuánto le pagan para escribir o decir lo que no debe ser escrito ni dicho sin caer en la peor de las corrupciones espirituales?), de ser un cómplice del autoritarismo y de estar al servicio de los intereses más oscuros y ruines. Lo llamativo, tal vez lo insólito, es que aquellos que esgrimen estos argumentos sofisticados siempre aclaran que la crispación y la violencia verbal provienen de los “rabiosos” kirchneristas o de sus intelectuales “a sueldo”. Basura retórica que siempre elude discutir lo que deberíamos discutir con libertad y altura argumentativa: ¿qué país desean? ¿Qué modelo de sociedad y de Estado defienden? ¿Qué piensan de la distribución más equitativa de la riqueza y de la apropiación de rentas extraordinarias? ¿Qué políticas económicas están dispuestos a implementar para “salvar a la República” del populismo? ¿Qué política de derechos humanos piensan sostener y qué piensan de los juicios contra los militares genocidas? ¿Qué piensan de jueces procesistas que impiden la aplicación de la ley de medios manteniendo, de ese modo, la heredada de la dictadura? ¿Cómo lograrán, si asumen una posición progresista, tocar los intereses de las corporaciones económicas sin “crispar” al establishment y sin poder recorrer, como lo hacen ahora a destajo, los programas de televisión que suelen representar esos intereses? Silencio. Después, claro, agresiones verbales de todo tipo que, eso sí, son virtuosas y virginales de acuerdo al parámetro de los grandes medios de comunicación. Lilita Carrió, Pino Solanas y Gerardo Morales, para citar apenas a estos tres referentes que circulan masivamente por el éter mediático, son maestros en el uso de metáforas catastrofistas y lapidadoras de cualquier acción oficialista sin que a sus interlocutores, siempre preocupados por la “crispación gubernamental”, se les ocurra señalar la sobredosis de violencia y de desprecio que emanan de tan ilustres retóricos del republicanismo argentino.

Todas las baterías se descargan para convencer a la opinión pública de que estamos delante de quienes buscan reducir la democracia a una suerte de monarquía patagónica al mismo tiempo que vacían las instituciones y hacen proliferar una lógica cada vez más autoritaria y corrupta. Vivimos, según estos cronistas del Apocalipsis, en la antesala del infierno signado por la influencia del chavismo, para los que se colocan en la derecha, o de la impostura neomenemista para los que se ponen supuestamente a la izquierda, y Argentina sería una suerte de caldera que acumula vapores y que está pronta para estallar. Su deseo manifiesto se inscribe en esta visión del fin del mundo que se asocia con “una rebelión cívica” que nos libere de la maldad congénita del matrimonio presidencial.

No importa comprobar que la mayoría abrumadora de los medios de comunicación está en manos de empresas que buscan horadar y deslegitimar al Gobierno; tampoco importa que el Congreso de la Nación funcione con una mayoría opositora que no tiene inconvenientes en transgredir el texto de la Constitución de acuerdo con sus necesidades y que desde el Poder Judicial se ejerza, como pocas veces se recuerda en la historia contemporánea, una acción independiente y, en muchos casos, claramente opuesta a las decisiones del Poder Ejecutivo; menos importa todavía que hayan sido primero el gobierno de Néstor Kirchner y ahora el de Cristina Fernández los que desterraron de plazas y calles del país la inclinación siempre represiva del establishment de turno y de las fuerzas policiales impidiendo, desde hace años, que cualquier protesta social sea reprimida. Todo eso no es suficiente a la hora de construir un relato inverosímil que habla de una Argentina atravesada por “el miedo”, “la censura” y la “crispación oficialista”. Bastan unos afiches sin firma con los rostros de algunos periodistas para hablar de persecución y de impunidad.

2 La palabra se repite y se repite desde las pantallas, desde las radios y desde la gráfica: “miedo”. Lo dice una senadora formoseña que en sus piruetas acaba de presentar una propuesta de modificación de la ley de servicios audiovisuales que nos retrotrae al espíritu de aquella que fue derogada y que huele a defensa de los monopolios y a neoliberalismo (pero a ningún periodista de esos que fijan opinión se le ocurre hablar de borocotización de la senadora que, viniendo del Frente para la Victoria, salta sin prejuicios hacia la oposición). Lo dice la anfitriona televisiva bien apoltronada en su eterna mesa de almuerzos pluralistas desde siempre imbuidos y atravesados por el “fervor democrático” (record de quien ha podido seguir almorzando con entera libertad bajo todos los gobiernos, dictatoriales y democráticos). Lo repiten algunos periodistas que parecen disfrutar de ese extraño lugar de víctimas en el que han sido colocados por unos afiches sin firma y por una lógica del escrache que no resiste el menor análisis y que constituye una herramienta nada democrática y utilizable para lo peor. Lo dicen y lo vuelven a repetir con ánimo de ofrecer una imagen de país atemorizado y gobernado por violentos y corruptos dispuestos a desnutrir democracia e instituciones con tal de “perpetuarse en el poder”.

Cada semana una descarga de artillería pesada cae sobre los argentinos abriendo cráteres que buscan producir un efecto de crisis e ingobernabilidad o mostrando una escena cotidiana en la que la violencia discursiva del oficialismo amenaza con volverse violencia física. “Crispación”, “autoritarismo”, “dictadura”, “impunidad institucional”, “violencia”, “fascismo”, “manipulación y censura”, “corrupción escandalosa” son las palabras más pronunciadas por la oposición política y mediática; su traducción a sentido común es obvia y brutal: vivimos en una democracia simulada que esconde un proceso autoritario y cuasi dictatorial en el que vida y bienes están amenazados por la impunidad de los Kirchner. Sacar las conclusiones también es de sentido común: defender la democracia contra sus sepultureros, ese parece ser el grito de guerra de los retóricos del miedo.

Lo dice con total impunidad e impudicia la revista Noticias que no tiene ningún inconveniente en caricaturizar a Néstor Kirchner con la figura de Adolf Hitler y de hablar de “fachosprogresistas” como un modo de inhabilitar a quienes no piensan como ellos. Lo dicen apelando al amarillismo más vergonzoso y a la ignorancia de quienes ni siquiera se toman la molestia de reflexionar lo que están escribiendo o de preocuparse por averiguar lo que supuestamente denuncian. Para ellos, citar a Carl Schmitt, jurista de derecha, católico y compañero de ruta del nacionalsocialismo en los años ’30, supone ser neonazi o algo por el estilo (ilustres escritores, ensayistas, políticos y filósofos del siglo XX quedarían inmediatamente bajo esa sospecha: entre nosotros podría citar a Pancho Aricó, fundador del grupo Pasado y Presente y uno de los más refinados intelectuales de la izquierda, que editó y prologó un libro del jurista alemán; o a Jorge Dotti, profesor de filosofía moderna, autor de un voluminoso y erudito libro sobre la recepción de Carl Schmitt en Argentina y él mismo un confeso admirador del jurista sin por eso abandonar sus perspectivas democráticas; lo han citado liberales, conservadores y marxistas, de la misma manera que Jacques Derrida le dedicó un libro, Políticas de la amistad, para analizar sus ideas, o, más lejos en el tiempo, el filósofo judeo-alemán Walter Benjamin elogió sus escritos tempranos como un material sin el cual él no hubiera podido avanzar en sus reflexiones sobre la modernidad, la violencia y la soberanía y, muy cerca nuestro, el filósofo italiano Giorgio Agamben no ha dejado de citarlo para intentar pensar el “estado de excepción” y la problemática del poder).

Para la revista Noticias, Chantal Mouffé, quien retoma algunos rasgos de la concepción schmittiana de la pareja “amigo-enemigo”, cae dentro de la clasificación de “fachoprogresista” y, por derivación directa, también lo hace Cristina Fernández que ha tenido la osadía de citar En torno a lo político, libro maldito en el que la autora, compañera de Ernesto Laclau, se detiene en el pensamiento schmittiano como una estrategia argumentativa que busca pensar críticamente la dimensión contemporánea de lo político destacando los límites de los discursos consensualistas y neutralizadores de matriz liberal y socialdemocrática, discursos que han sido funcionales, según Mouffé, al capitalismo neoliberal. ¿Qué decir de la operación de Noticias? ¿Acaso aquellos que se rasgan las vestiduras para defender a los “periodistas independientes” dicen algo de esta impudicia que vacía de todo contenido al propio nazismo? ¿No hay violencia y crispación en esa lógica de la calumnia que acusa de cómplices del peor y más cruel régimen de opresión del siglo XX a quienes tuvieron el atrevimiento de pensar de otro modo la problemática del conflicto en el interior de las sociedades democráticas? Más allá de la provocación, lo que muestran algunos periodistas es el crudo analfabetismo con el que suelen construir sus “investigaciones”. Para ellos leer es un trabajo descomunal. Más sencillo es repetir una y otra vez que estamos viviendo bajo un régimen antidemocrático que avanza hacia el fascismo. Así de simple y salvaje, así de pacífica, consensualista y virtuosa es la retórica de quienes anuncian a los cuatro vientos que la violencia y el miedo se han instalado en la Argentina de la mano de la voluntad autoritaria y omnipotente de los Kirchner. Cada quien sabrá sacar sus conclusiones y sabrá comprender qué se guarda bajo la retórica del miedo y bajo la impunidad argumentativa. Mientras tanto, cuidado con banalizar el sufrimiento de las víctimas reales de la historia; el límite de lo que no debe ni puede trivializarse termina cuando se enseñorea la impudicia, esa que intenta instalar nuevamente el miedo entre nosotros.

* Doctor en Filosofía, profesor de la UBA y la UNC.

21 abril 2010

CONSTRUYENDO MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

Primera noche en una cárcel común

El último presidente de la dictadura militar, el ex general Reynaldo Bignone, fue condenado como coautor de medio centenar de privaciones ilegales de la libertad y torturas, cometidas en Campo de Mayo en 1977.



Por Diego Martínez

A los 82 años, luego de tres décadas impune, el último dictador pasó su primera noche en una cárcel común, condenado por crímenes de lesa humanidad. El Tribunal Oral Federal 1 de San Martín consideró a Reynaldo Bignone coautor de medio centenar de privaciones ilegales de la libertad y torturas, cometidas por sus subordinados de Campo de Mayo en 1977, cuando era jefe del Estado Mayor del Comando de Institutos Militares. Lo sentenció a veinticinco años de prisión, igual que a Santiago Riveros y a Fernando Verplaetsen. También fueron condenados los generales Eugenio Guañabens Perelló y Jorge García y el coronel Carlos Alberto Tepedino, en tanto fue absuelto el comisario Germán Montenegro. Las cuatrocientas personas que durante horas y en absoluto silencio mantuvieron en alto las fotos de sus seres queridos desaparecidos estallaron en un aplauso cuando la jueza Marta Milloc leyó que se revocaban los arrestos domiciliarios.

Lejos del oscurantismo que durante años caracterizó a los procesos en Comodoro Py, el tribunal de San Martín, que también integran Héctor Sagretti y Daniel Cisneros, ratificó que es posible juzgar a los mayores criminales de la historia argentina a la vista de la sociedad, respetando las garantías e incluso absolviendo a un imputado sin que vuele una mosca. Riveros & Cía. reivindicaron por la mañana su actuación durante la dictadura (ver aparte), pero prefirieron escuchar la sentencia desde un salón aledaño. También se ausentó el defensor oficial Carlos Palermo, que insultó a familiares de víctimas luego de que le gritaran “cobarde” por pedir autorización para no escuchar el fallo. Además del público que colmó la sociedad de fomento José Hernández y los que siguieron la audiencia desde la calle, diecisiete cámaras de televisión llevaron al mundo las imágenes de la sentencia.

Presidente de facto tras la aventura de Malvinas, Bignone había quedado en la historia luego de colocarle la banda presidencial a Raúl Alfonsín. También se conoce su orden de incinerar los archivos de las Fuerzas Armadas para borrar las pruebas del terrorismo de Estado, decisión que aún rinde frutos. Menos pública era hasta ayer su actuación en 1977 en el Comando de Institutos Militares (CIM), organismo del que dependían los cuatro centros clandestinos que funcionaron en Campo de Mayo, por los que se estima pasaron cinco mil personas. El tribunal de San Martín condenó al dictador por once allanamientos ilegales, seis robos, cuarenta y cuatro secuestros y treinta y ocho tormentos. Gracias al método de la represión argentina de desaparición de personas, seguirá impune por los homicidios.

Las penas más altas, tal lo requerido por las querellas y los fiscales Javier De Luca, Juan Patricio Murray y Marcelo García Berro, abarcaron también a Riveros, ex jefe del CIM y de la zona militar VI, y a Verplaetsen, su jefe de Inteligencia, ambos condenados el año pasado por el asesinato de Floreal Avellaneda. Riveros se impuso en términos cuantitativos: quince allanamientos ilegales, siete robos, sesenta y un secuestros y cincuenta y cuatro tormentos. Milloc leyó uno a uno los nombres de sus víctimas.

A veinte años de prisión condenaron al coronel Tepedino, ex jefe de inteligencia interior de la SIDE entre 1975 y 1977 y del Batallón de Inteligencia 601 en los dos años siguientes. Tepedino vivió hasta ayer en un tercer piso de Donato Alvarez 562, donde Página/12 lo retrató en 2003 mientras violaba su arresto domiciliario. Dieciocho años de pena le corresponden al general García, ex director del Colegio Militar de la Nación, y diecisiete a Guañabens Perelló, ex director de la Escuela para Apoyo en Combate General Lemos. El policía Montenegro, absuelto de culpa y cargo, fue jefe de la comisaría de Bella Vista. El tribunal resolvió “por mayoría” que se revoquen los arrestos domiciliarios y le encomendó al juez federal Juan Manuel Yalj, que instruye la megacausa Campo de Mayo, “la pronta elevación a juicio” y “la necesaria unificación” de casos “para evitar dispendio de recursos y trastornos para víctimas e imputados”.

“Mi viejo estaría muy contento porque se hizo justicia por tantos compañeros”, admitió Francisco Scarpatti, hijo del sobreviviente que denunció ante el mundo las atrocidades en Campo de Mayo y murió sin llegar a ver las condenas. “Cacho hizo todo, hasta el final de su vida, para que estos tipos terminaran presos”, agregó orgulloso Francisco, nacido en el exilio, mientras sus compañeros del Movimiento 26 de Julio le rendían homenaje al “Comandante Scarpatti” por “su historia y su ejemplo”.

“Estamos contentos, tenemos que revisar las absoluciones. Obviamente nos agravia la absolución de Montenegro”, reflexionó sobrio el fiscal Murray. “Lo más importante es que un símbolo de la impunidad va por primera vez a la cárcel”, afirmó el abogado y periodista Pablo Llonto. “Bignone fue el presidente de facto que ordenó quemar los archivos de las Fuerzas Armadas, que impulsó la autoamnistía para los militares, y gracias a Alfonsín fue excluido del Juicio a las Juntas. Por lo menos va a pasar un rato en la cárcel”, destacó Llonto, mientras los pibes de HIJOS coreaban su nombre.

Francisco Madariaga Quintela, que recuperó su identidad hace dos meses, escuchó ayer una y otra vez el nombre de su mamá Silvia entre las víctimas por quienes se hizo justicia. “Tengo una mezcla de sentimientos”, dijo. “Estoy emocionado, es la mínima pena que merecen, pero también siento bronca y tristeza porque no la puedo tener conmigo”, explicó. “Estoy procesando todo. Pasa el tiempo y te chocan mucho más las historias. Lo importante hoy es que se hizo justicia por ella”, rescató con los ojos llorosos.



Página 12 21/04/10

17 abril 2010

VOLVIERON A SER DE TODOS LOS ARGENTINOS.


AGUANTE EL GOBIERNO POPULAR!



13 abril 2010

LA IMAGEN DEL DÍA

COMO QUEREMOS PONERLE UN POCO DE ONDA AL MARTES 13, ACÁ VA UNA FOTO DEL GENERAL PARA QUE NOS TIRE BUENAS VIBRAS!
POCHO QUERIDO VIEJO NOMÁS!

11 abril 2010

JUSTICIA SOCIAL

“Inseguridad es no tener para comer”

¿Qué cambió en la vida de familias desocupadas, con tres hijos, que viven de “changas”? Una recorrida de Página/12 por San Fernando, donde el beneficio redujo a la mitad la indigencia.



Por David Cufré

Saber que la segunda semana de cada mes tendrá 576 pesos en su cuenta es un desahogo para Betiana. “Es plata segura”, define, contra lo otro, que son los ingresos de su marido, remisero, que a veces están y a veces no. Ella es una de las beneficiarias de la asignación por hijo. La certeza de la fecha de cobro es lo primero que menciona cuando se le pregunta qué cambió en su vida cotidiana a partir de la incorporación al plan. Con sólo 25 años, Betiana es madre de cuatro hijos, de 6, 3 y 2 años y un bebé de 7 meses. En la recorrida de Página/12 por tres barrios de San Fernando, la misma respuesta aparecerá en distintas mujeres, quienes marcan el contraste entre lo aleatorio de los recursos familiares, que generalmente dependen de changas, y la confiabilidad del aporte estatal.

La asignación por hijo es una realidad para 3.518.000 chicos de todo el país. El último mes se incorporaron al beneficio 134.000 niños y adolescentes. En San Fernando, partido de la zona norte del conurbano, el subsidio logró reducir a la mitad el número de indigentes, mientras que la pobreza cayó en más de un tercio. Allí vive Betiana, en un departamento que heredó de su padre policía en el complejo habitacional Mil Viviendas. Lo segundo que rescata del programa es que en diciembre, cuando empezó a cobrar, pudo comer un asado después de un año. “Fuimos a pasar el día a un camping de Luján”, recuerda con una sonrisa, y dice que ésas fueron sus vacaciones, después de cinco años sin ir a ningún lado.

Es el mediodía del jueves y trae a su hija mayor del colegio. Junto a ella viene Daniela. También es una madre joven, de 25 años, con tres nenas bulliciosas de 7, 5 y 2 años. No hace falta buscar demasiado para recoger testimonios en el barrio. La gran mayoría son mujeres que recién van dejando atrás la adolescencia, rodeadas de chicos o embarazadas. Se sabe que la creación de la asignación por hijo impulsó a miles de niños a volver al colegio, y en San Fernando esto es palpable, pero el hecho de disponer de estos recursos también hace ilusionar a esas madres con retomar sus estudios. Daniela dice con entusiasmo que le gustaría convertirse en maestra jardinera, mientras Nadia, de 24, afirma que pensó en completar la secundaria.

En San Fernando reciben la asignación por hijo 13.786 chicos, que forman parte de 3477 grupos familiares. De acuerdo con datos del municipio, los 2,5 millones de pesos que remite la Anses todos los meses permitieron bajar a la mitad la indigencia en el distrito, mientras que la pobreza se redujo en más de un tercio. Nelly, de 50 años, dice que es “una ayuda grande”. Su barrio es Villa Jardín y su casa queda a cinco cuadras de La Horqueta. Hasta no hace mucho era una prefabricada. Ahora tiene un living, cocina y comedor de tres metros por cuatro, donde se concentra la vida familiar. Sobre la mesa están leudando dos bollos de masa. La televisión está prendida en Canal 13.

Como muchas otras mujeres del barrio, Nelly trabaja de empleada doméstica. Gana 1300 pesos por mes, ingresos que complementa con la venta de pastafrolas y prepizzas, que prepara en su casa, por los que obtiene entre 250 y 300 pesos más. La asignación por hijo significan para ella 576 pesos, ya que es madre de cuatro hijos menores de 18 años –y tiene otra de 24–. Es decir que el aporte del Estado elevó su disponibilidad de dinero en un 35 por ciento. “Hace la diferencia”, destaca. “La plata me viene muy bien para pagar las cuentas del gas y la luz”, comenta.

Esa es otra de las respuestas recurrentes de las entrevistadas. “A mí el año pasado me cortaron el gas y ahora estoy pudiendo pagar un plan para ponerme al día”, relata Betiana. “Lo que yo quisiera es cobrar la asignación familiar antes de que venzan las boletas. Estoy cansada de pagar con recargo”, se suma Mariela, de 35 años.

Todas las personas entrevistadas dijeron, con más o menos sorpresa, que su inscripción al régimen fue sencilla. Carina, Gimena, Natalia, Verónica, Nelly, Betiana, Mariela, Débora y Florencia no tuvieron que hacer ningún trámite, ya que venían cobrando el Plan Familias del Ministerio de Desarrollo Social. Utilizan la misma tarjeta de débito que ya tenían. “Cuando escuché en la tele que iban a dar esta plata me ‘reemocioné’. A mí 288 pesos me ayudan bastante. Les pude comprar útiles a las nenas. Pero al principio tenía dudas de si me iba a tocar. Mandé un mensaje de texto como decían, con mis datos, y me respondieron al toque. Funcionó, no lo podía creer”, rememora Daniela mientras una de sus tres hijas –una de ellas de su segundo matrimonio, que no accede al beneficio porque su esposo trabaja en blanco– la reclama para ir a almorzar.

Daniela, flaca, simpática, con pecas, también está satisfecha porque la Anses la ayudó a superar una situación difícil: los primeros dos meses de la asignación por hijo el beneficio lo cobró su ex marido, de quien está separada pero no divorciada legalmente. “Se quedaba con la plata y hace años que no me pasa ni un peso. Por suerte me lo solucionaron”, agradece. Lo mismo ocurre con Nelly, quien asegura que tuvo una respuesta rápida del organismo de la seguridad social cuando llamó al número 130 para preguntar si puede seguir cobrando el subsidio por su hija de 17 años, que dejó de ir al colegio porque hace tres meses que está embarazada. “Todavía no me contestaron, pero se están ocupando”, indicó.

Los testimonios coinciden en que empezaron a llegar como corresponde a sus domicilios las libretas de la Anses en donde deberán certificar que mandan a sus hijos al colegio y cumplen con el plan de vacunación. Otra respuesta coincidente que escuchó este diario en distintos testimonios es la preocupación o el enojo –depende el caso– por la inflación, y la elección del supermercado Carrefour de San Fernando para realizar la mayor parte de las compras con la tarjeta de la asignación por hijo. Natalia, de 29 años, viuda, con cinco hijos, ayudante de cocina en una parrilla, reconoce que el subsidio “es muy importante” para su economía, pero advierte que día a día el poder de compra se va achicando por el incremento de precios. Luego comenta que va a aquella gran cadena de supermercados porque le hacen descuentos con la tarjeta. Su testimonio resume muchos otros, mientras que un testeo por pequeños comercios de los tres barrios recorridos refleja alguna mejora en las ventas por la asignación, pero moderada.

Villa Jardín es el barrio que el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quiso dejar atrás de un muro el año pasado. La iniciativa no prosperó por la reacción de los vecinos y el repudio político generalizado. En la avenida que divide San Fernando de San Isidro todavía están marcados los círculos de las vigas que habían empezado a instalarse para sostener el paredón. “Nos decían que éramos todos villeros. Nos querían tapar”, recuerda Débora con amargura. El barrio experimentó una transformación profunda desde entonces. El gobierno nacional financió las obras para construir viviendas, asfaltar todas las calles, llevar cloacas y construir desagües pluviales. La Municipalidad, a su vez, acaba de inaugurar un centro integral de atención para la salud y una guardería.

Débora lo valora, pero lo que más la emociona del último tiempo es que cuando empezó a cobrar la asignación les pudo comprar juguetes a sus hijos. Al varón, de 4 años, le regaló una pelota, y a la nena, de 3, otra pelota de colores. “No quería muñeca, quería una pelota”, justifica. Ella tiene 23 años y lo que todavía no logró es comprar ropa, ni para ella ni para sus hijos. “Usamos lo que nos dan”, explica. Su pareja “está privado de su libertad” y vive con sus abuelos en una pequeña casa. “En Virreyes –otro barrio de San Fernando– siempre pasamos por la puerta de una juguetería camino al jardín del nene. Pero nunca habíamos podido comprar nada”, relata.



–¿Alguna vez habían entrado?

–Sí, a mirar... (sonríe). Pero en marzo fue la primera vez que les pude comprar algo. Con mi plata, no con lo que me pueda dar mi abuelo.


08 abril 2010

COMPUTADORAS PARA TODOS LOS PIBES

Ir al secundario trae premio

El Gobierno lanzó un programa para que tres millones de alumnos de todo el país accedan entre este año y 2012 a su propia computadora portátil, tal como anticipó Página/12. Se prevé la instalación de Internet inalámbrica en los colegios. Se invertirán 750 millones de dólares.


Por David Cufré

Los estudiantes secundarios de escuelas públicas de todo el país recibirán gratis una computadora portátil cada uno. Son casi 2,9 millones de alumnos y 200 mil docentes. La entrega comenzará este año –se repartiría el primer medio millón– y terminará en 2012. El Estado prevé invertir 750 millones de dólares en la compra de los equipos, la adaptación de los colegios para que accedan a Internet inalámbrica, la capacitación de los profesores y el mantenimiento de las netbooks. Tal como anticipó Página/12, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció ayer la puesta en marcha de ese programa, al que calificó como “revolucionario”. También lo será, dijo, para la escuela pública, que se convertirá en un potente instrumento para la alfabetización digital. La iniciativa persigue el objetivo de cerrar la brecha interna y externa de acceso a la informática: entre un alumno de la ciudad de Buenos Aires y otro de una pequeña localidad del interior del país, por ejemplo, y entre un estudiante argentino y otro de Francia o Nueva Zelanda, en el segundo caso. “Me siento un poco la Sarmiento del Bicentenario”, admitió la Presidenta, explicando la comparación en la búsqueda de igualar oportunidades a través de la enseñanza, con el Estado como su principal promotor. Referentes de la oposición elogiaron la medida (ver aparte).

El plan se lanzó desde el Teatro Cervantes, en un acto que contó con la presencia de gobernadores, ministros, funcionarios, especialistas en educación y empresarios. En la platea y en los palcos colmados se mezclaron personalidades de la cultura como Víctor Laplace, Juan Palomino, Gastón Pauls y Horacio Fontova con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo –estaban Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto–, militantes kirchneristas del conurbano bonaerense, alumnos de escuelas técnicas de Santa Fe y ejecutivos de multinacionales informáticas. “Esto es una fiesta”, resumió el conductor del evento contratado por la Anses, el actor Dady Brieva, mientras la Presidenta, sentada en primera fila, le festejaba las bromas sobre su dificultad para manejarse con las computadoras.

“Nuestra generación accedía a la información a través del libro, los chicos lo hacen hoy a través de la web. No debemos horrorizarnos, si un chico es capaz de estar frente a la computadora varias horas es porque tiene las dos condiciones básicas para el aprendizaje: constancia y poder de abstracción. Lo que tenemos que entender es que han encontrado un nuevo instrumento”, afirmó Cristina Fernández en su discurso, transmitido por cadena nacional, después del paso de Brieva y de una orquesta de chicos de Santa Fe que tocaron con los instrumentos que el Gobierno les envió hace un año.

La Presidenta puso énfasis en que la distribución gratuita de computadoras entre estudiantes secundarios de colegios del Estado tiene un profundo sentido de “buscar la igualdad”. Por esa razón, contó, ella quiso que el programa llevase esa palabra: conectar igualdad.com.ar es, entonces, el nombre completo del plan. Es una iniciativa en la que el Gobierno viene trabajando desde 2005, cuando la Argentina se sumó a la propuesta del investigador estadounidense Nicholas Negroponte, conocida como “One laptop per child”. Ese proyecto naufragó porque Negroponte y las empresas que lo acompañaban no lograron armar una computadora eficiente al costo prometido de 100 dólares cada una. A pesar del traspié, los ministros de Educación Daniel Filmus, Jorge Tedesco y Alberto Sileoni, sucesivamente, siguieron trabajando en experiencias piloto en siete provincias.

Mientras tanto, Uruguay avanzó desde 2006 con su propio proyecto, conocido como Plan Ceibal, que fue una adaptación del diseñado por Negroponte, a más del doble de costo (230 dólares por netbook). El resultado fue que todos los alumnos de escuela primaria de colegios públicos accedieron a su computadora portátil. Fue tan exitoso que significó un espaldarazo para el Frente Amplio y la candidatura del actual presidente, José “Pepe” Mujica. Ya se repartieron en el país vecino 380 mil equipos. Conectar igualdad.com.ar es más ambicioso por dos motivos: aquí se repartirán casi tres millones de netbooks y las computadoras son marcadamente superiores (ver página 2).

En Chile y México también se avanza con pruebas experimentales, en tanto que Brasil recién está empezando a trabajar en el tema. Portugal tiene otra experiencia importante, lo mismo que Rusia, Libia y Nigeria. El gobierno argentino ya tenía prevista para este año la entrega de 250 mil netbooks entre estudiantes de escuelas técnicas –industriales y agropecuarias–. El cronograma de distribución que armó el Ministerio de Educación concluye en octubre. A esas computadoras se sumaría una cifra similar del nuevo programa para ser repartidas antes de fin de año. En ambos casos, además de las máquinas, el Gobierno destinará partidas especiales para dotar de Internet inalámbrica a los colegios, comprar enrutadores para establecer la red áulica, muebles de guarda y recarga de dispositivos y pendrives, entre otros elementos.

Con esta medida, que se hace posible a partir del financiamiento de la Anses por la recuperación de los fondos que antes administraban las AFJP, el Gobierno profundiza las políticas de carácter universal, como la asignación por hijo y la moratoria para acceder a la jubilación. El ministro de Economía, Amado Boudou, destacó que la intención es alimentar un círculo virtuoso de más y mejor empleo, que redundará en mayores aportes para los jubilados del futuro.

Fuente: Página 12.


ESTE ES EL GOBIERNO DEL PUEBLO.


04 abril 2010

03 abril 2010

A la oposición, justo le vino a tocar este gobierno

La oposición no tiene suerte. Porque si le hubiera tocado otro gobierno sería un éxito. Tiene jugadores, tiene patrocinadores y tiene medios. Pero igual no puede. Cuando mete un gol enseguida le empatan y después le meten otro. Es que si la oposición no se enfrentara a este oficialismo mejorarían sus chances. Y si en lugar de este peronismo heterodoxo, indócil e insufrible, en la Casa Rosada hubiera otro gobierno más estándar y correcto, la oposición se haría un paseo. Pero le tocó lidiar con un oficialismo de alta competencia política que reduce una y otra vez las aspiraciones de derechas e izquierdas de postergarlo. Por más que lo ataquen desde ambos flancos no pueden. Cuanto más se obstinan más se defraudan. Sin embargo nos quieren hacer creer que este gobierno tiene la suerte de que sus opositores están divididos. Y por eso se malogran. Es la manera de rebajar el triunfo o el éxito con el falso argumento de la inferioridad del oponente. Así desde los interesados análisis políticos se pretende demostrar que únicamente opositores sin méritos permiten que el oficialismo no pague el precio de la rápida derrota que se merece. Pero no es cierto. Porque la realidad no es que la oposición no exista sino que el que existe más es el Gobierno. La mejor metáfora fueron los dos nocáuts técnicos sufridos consecutivamente en el Congreso. Uno por parte de la destreza técnica de Marcó del Pont; otro a manos de la memoria histórica del ministro de economía. El noqueado de la oposición increíblemente fue las dos veces Gerardo Morales. Hay que reconocer su resignación a tener que poner la cara. En tanto por más que reciban ayuda corporativa y mediática los opositores no consiguen anular la pulsión oficialista. Y miren que tienen de aliados a jueces y juezas de fanatismo cautelar. Aparte de que gozan de atención personalizada en los grandes medios. Y también desde la izquierda, y de un modo tan inverosímil que cabe sospechar que cierta izquierda ha sido capturada por la derecha. Hasta presentan denuncias penales contra el gobierno con más ferocidad que la que demuestran contra los que violaron los Derechos Humanos. Con todo eso no logran que el oficialismo se doblegue. ¿Y saben por qué? Es muy sencillo. Porque tiene un estándar de juego superior. No es que la oposición sea un fracaso sino que el oficialismo es un éxito. La mala suerte de la oposición es que justo le vino a tocar este gobierno.

Carta leída por Radio del Plata el 2 de abril de 2010